Despedida al Maestro pastelera

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“Inmortal será la vida del gran amigo que fue Faustino Agüero Limón, conocido por todos con mucho cariño como “Pastelera”, señaló el alcalde riograndense, Miguel Rodríguez Molina, durante el homenaje de cuerpo presente, que se le realizara al autor de sones ahora internacionales como el de la danza de Caballitos o de Pardos.

 

A un emotivo acto llevado a cabo en el patio de la presidencia municipal, llegó el cuerpo del querido “Maestro Pastelera”, acompañado por la Banda la “Bendición”, el que fue conocido por decenas de generaciones de estudiantes de la Escuela Secundaria General Ignacio Manuel Altamirano, y por cientos de músicos no sólo de Río Grande, sino de todo el país.

 

Acompañado también por su hija Laura Teresa Agüero Ramírez, se llevó a cabo el homenaje póstumo, presidido por el alcalde, así como por la síndico municipal, Ana Marianela Hernández Peña, el secretario del Ayuntamiento, Felipe de Jesús Badillo Ramírez, el regidor Julián de la Rosa Jiménez, así como las y los funcionarios,  de la Administración, y cientos de riograndense que de una u otra manera, tuvieron alguna estrecha relación con tan querido profesor.

 

Nacido en la Ex Hacienda de Pastelera, el 15 de febrero de 1929, con 87 años de grandes vivencias tanto en su comunidad, en su municipio, estado e incluso de manera internacional, puesto que el autor de sones de danza como el de Caballitos o de Pardos, hoy son llevados a distintos países, puesto que la Universidad Autónoma de Zacatecas, la máxima casa de estudios, promueve la cultura oriunda de Río Grande.

 

Durante el acto póstumo, se rindió una guardia de honor, así como una ofrenda floral a uno de los principales maestros de música, por lo que en el evento, fue acompañado por cientos de filarmónicos a quienes de una u otra manera, les compartió su conocimiento y su amor a la música.

 

Su hija, en su mensaje, agradeció “todo el apoyo y el cariño que le tuvieron a mi padre, y por supuesto a mí, pues aunque me lo tuve que llevar por 2 años 7 meses a Monterrey por su salud, él siempre quiso regresar y estar en su amado Río Grande; por eso, aunque yo voy a seguir lejos, aquí se los traje, y aquí se los dejo, con mucho amor, porque sé que ustedes también lo seguirán queriendo”.

 

Uno de sus amigos, Luis Aguilar de la Rosa, en su mensaje señaló que “es muy buen gesto este acto que hicieron, sobre todo porque sé que era un gran amigo del presidente municipal; a sabiendas del ícono cultural que era el querido maestro Pastelera, quiero solicitarles a nombre de todo el municipio, el que en la próxima sesión de Cabildo, se declaren los sones de la Danza de Caballitos y de la Danza de Pardos, como Patrimonio Intangible del Pueblo de Río Grande, teniendo como antecedente que están registrados con Derechos de Autor del Profesor Faustino Agüero Limón”.

 

En este sentido, el alcalde, Miguel Rodríguez Molina, giró instrucciones al secretario del Ayuntamiento para que se dé el seguimiento a esta petición, puesto que es de gran trascendencia para Río Grande, además de que se honrará la memoria de este ícono cultural.

 

El cuerpo de “Pastelera”, fue llevado a la ESGIMA, la que fue su segunda casa, para de igual manera realizar  un homenaje póstumo y posteriormente, llevarlo a la parroquia de Santa Elena de la Cruz, donde se celebró una Santa Misa pos su descanso y trasladarlo al Panteón con este mismo nombre, en donde sería su última morada, en donde fue acompañado por mariachis y bandas, a quienes les transmitió su conocimiento musical.

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